No sé cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.
Nuestro gran tormento en la vida proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir de esa soledad.
La ausencia de prueba no es prueba de ausencia.
Es preciso prestarse a los otros, pero no darse sino a uno mismo.
Siempre pagan justos por pecadores.
No hay rosa sin espinas.
Los sentimientos de culpa son muy repetitivos, se repiten tanto en la mente humana que llega un punto en que te aburres de ellos.
Hay una teoría infalible sobre la amistad: siempre hay que saber qué se puede esperar de cada amigo.